El móvil y el vídeo, ¿amor no correspondido?

El móvil y el vídeo, ¿amor no correspondido?
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Fotografía y móvil se han convertido, en los últimos años, en amigos inseparables. Mientras que hace media década un gran número de personas recurrían a cámaras compactas para sacar la mayor parte de sus fotografías, hoy en día los smartphones son la principal cámara de muchos. Mientras tanto, el vídeo sigue intentando encontrar su hueco en el bolsillo de millones de usuarios, pero, ¿conseguirá encontrarlo?

La explosión de los móviles como cámaras fotográficas se produjo facilitada por una serie de servicios que daban sentido a dichas fotos. Facebook, Twitter, Instagram e incluso Flickr ofrecen a los usuarios un destino en el que compartir fotos con los demás, favoreciendo también la interacción entre usuarios, un aspecto clave para conseguir tracción.

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CÓMO DESCARGAR VÍDEOS de Instagram, Facebook, Twitter o TikTok en tu MÓVIL

Para poner en contexto la situación, aquí van una serie de cifras que dan a entender la expansión de este tipo de actividades: durante el día de Acción de Gracias se publicaron en Instagram más de 200 fotos por segundo, que a su vez ha superado ya la cifra de mil millones de fotografías y más de 5 millones por día (datos de abril 2012). A pesar de que no tenemos datos oficiales sobre Facebook (empresa dueña de Instagram), Twitter o Flickr, sí conocemos que al día se suben más de 300 millones de fotografías a Facebook y probablemente un porcentaje importante de las mismas sea desde smartphones y móviles.

Sin embargo, este espectacular crecimiento en la relación entre la fotografía y los smartphones no se ha producido en lo que se refiere a los vídeos. A pesar de que la gran mayoría de smartphones permiten grabar vídeos en una calidad decente, los usuarios no parece que estén interesados en este tipo de actividades. ¿Por qué? aunque resulte difícil hacer afirmaciones categóricas, sí que existen una serie de factores que pueden explicar el por qué de esta situación.

El primero de ellos, y probablemente el más importante, es que ver vídeos en un smartphone no resulta una tarea tan sencilla como en el caso de las fotografías. Necesitamos estar en una situación concreta para poder disfrutar de los vídeos (luz, ruido ambiental para disfrutar del audio, etc), que no es necesaria cuando consumimos imágenes o fotografías. Además, así como sacar fotografías decentes resulta una tarea no muy complicada, grabar vídeo con unos resultados similares resulta más costoso, puesto que requiere más atención y dedicación por parte de los usuarios.

A la hora de exponer fotografías de calidad (o que lo aparenten), Instagram ha sido y es el principal referente, estando presente en más de 100 millones de smartphones en todo el mundo. Aunque los filtros puedan no ser una parte fundamental de la app, el hecho de que faciliten la vistosidad de las fotos ayuda a su consumo y a ser compartidas.

La prensa y los medios se han apurado en los últimos meses a catalogar varias apps y servicios como el Instagram de los vídeos: un error tremendo. Este ha sido el tratamiento que han recibido apps como Viddy, Socialcam o Cinemagram. Sin embargo ninguna de estas apps ha alcanzado un éxito similar a Instagram, Hipstamatic y un largo etcétera. La compañía de analítica AppData reconoce 3.6 millones de usuarios activo al mes (MAU) para Socialcam, 800.000 para Viddy o 300.000 para Cinemagram; cifras importantes pero muy alejadas de la tracción alcanzada por competidores en el ámbito de la fotografía móvil.

Así, nos encontramos en una situación en la que se combinan dos factores muy importantes: la necesidad de un contexto determinado para poder disfrutar de los vídeos y una serie de servicios o apps que no han conseguido propulsar el vídeo en los móviles. El único participante que se salva de esta quema es YouTube, con 3 horas de vídeo subidas por minuto desde móviles y con un 20% de todas las reproducciones realizadas desde un móvil; números que probablemente crecerán en los próximos meses con la ayuda de YouTube Capture. Un oásis en el medio de un gran desierto.

Visto lo visto uno debe preguntarse si realmente el móvil y los vídeos están hechos el uno para el otro, o si es algo que los usuarios realmente demandan y quieren. A pesar de las muchas startups que lo han intentando, nadie ha conseguido un éxito rotundo en este campo. El que lo consiga y sea capaz de competir con Google puede dar un golpe importante sobre la mesa.

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