Suiza cierra la cuenta de Assange a pesar de ampararle una solicitud como refugiado en aquel país

Suiza cierra la cuenta de Assange a pesar de ampararle una solicitud como refugiado en aquel país
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Poco ha durado la cuenta de Julian Assange en una modesta sucursal de la “Caja Postal” suiza en Berna. La entidad financiera (PostFinance) anunció ayer el cierre de la cuenta donde Julian Assange recibía donaciones de sus seguidores. ¿Cuánto duraría?, nos preguntamos tal que ayer. Nada, nos respondemos hoy.

Alega la Caja Postal suiza que no se ha podido probar que Julian Assange esté domiciliado en aquel país. Según la legislación suiza en tal caso el fundador de WikiLeaks no reuniría los requisitos para tener una cuenta bancaria en el país alpino. Eso no está nada claro cuando la apertura de la cuenta se produce en circunstancias especiales relacionadas con una petición de refugiado. Además la cuenta no es únicamente suya. Está abierta por sus abogados que también son titulares de la misma.

Lo que hace todavía más evidente que en la cacería los miramientos con el Estado de Derecho ya se han dejado de lado. El país del secreto bancario en el que dictadores con la tortura como hobby, traficantes de armas, amigos de Roldán y banqueros de relumbrón, que no van más que a esquiar, tienen cuentas – años ha – pero donde Julian Assange y sus abogados (suizos) no pueden abrir una cuenta pública y transparente en una modesta sucursal de la Caja Postal para defender su petición de asilo y lo que tenga que venir en el ámbito judicial que Assange espera, algún día, gran juicio global. De acusado a acusador. Todo llegará, si sobrevive a la gran cacería y las amenazas de las élites.

Y es que las donaciones recaudadas a través de la cuenta en Suiza estaba previsto sirviesen, sobre todo, para financiar los costes de la defensa jurídica (incluyendo posibles recursos si le niegan el estatuto de refugiado). Precisamente la dirección que consta en el documento de apertura de la cuenta es la de sus abogados en Suiza, que reccurirán la decisión de la caja de ahorros, más si cabe cuando se ha congelado la cuenta, no se ha cerrado y devuelto el dinero a sus propietarios.

La concesión de asilo, que se gestiona confidencialmente, podía obligar a PostFinance a abrir la cuenta. Incluso la decisión tomada por la Caja Postal podía haber violado la propia legislación suiza que permiter a todo refugiado sin hogar que intenta conseguir residencia en Suiza, el usó de la dirección de sus abogados para la correspondencia bancaria. La cuenta es de sus abogados, por cierto. La decisión de la caja suiza, dependiente del gobierno, más parece, otra entrega del humillante servilismo del que están haciendo gala desde empresas como Amazon o Paypal a gobiernos como el suizo.

En el fondo suizo para la defensa de Assange había depositados 31.000 euros que junto con los 60.000 euros congelados por PayPal en la cuenta de donativos de la Fundación Wau Holland y las pequeñas cantidades que llegan en metálico a una dirección postal de la Universidad de Melbourne, también bloqueada, suponen que Wikileaks y Julian Assange han perdido 100.000 euros.

Desde WikiLeaks subrayan que “uno de los aspectos más fascinantes del cablegate es ver cómo se está poniendo de relieve las dinámicas de poder entre estados supuestamente independientes como Suiza, Suecia y Australia”. El dictador, el consejero del banco, el político de la Internacional, el tesorero del partido o el admirado Jefe del Estado con cuenta en suiza, ¿acaso pueden demostrar su residencia en el país alpino?. No. La Cacería ilustra. Cada zancadilla los delata todavía más. La realidad de la gran cloaca global en vivo y en directo. Síguelo en la red de todos.

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