Internet, "un espacio para pedir cuentas a los poderosos"

Internet, "un espacio para pedir cuentas a los poderosos"
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Estrenarme en Nación Red parafraseando a Reporteros Sin Fronteras quizás no es el mejor modo de empezar, pero una afirmación tan contundente de una organización tan respetada no puede pasar desapercibida. Los principios de defensa de una red libre y neutral los tenemos bien sabidos y ahora poco a poco se van demostrando los beneficios de tanto despilfarro comunicador. Los perjuicios, que también los tiene, ya los dicen otros.

El caso es que la organización en defensa de la libertad de prensa y protección al periodista ha revelado su Informe 2010, a año pasado, a pesar de lo cual no se puede ser mas actual. De ejemplo nos ponen a Túnez, Egipto (y quién sabe si Libia, Bahréin, Argelia, Marruecos, Jordania o Yemen) por decir algunos que tienen puesto en hora el reloj de la historia. Allá donde la red de redes pesa sobre el minutero, aunque no todos se lo crean.

España se sitúa en el puesto 39 de una lista de 174 en la que casi siempre manda un país nórdico de Europa y que cierran algunas dictaduras reconocidas por todos (Ruanda, Yemen, China, Sudán, Siria, Birmania, Irán, Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea). Pero vaya, que lo importante no es un informe "que ya está anticuado" según la propia Vicepresidenta de la organización, sino cuáles son los sustitutos de la prensa cuando la libertad de la misma no puede ser ejercida.

"En muchos países donde los medios de comunicación tradicionales están bajo el yugo de un régimen totalitario, (Internet es) un espacio único de discusión e intercambio de información en el que afloran a la superficie informaciones censuradas."

Ahí es donde entran en juego los Twitter, Facebook y compañía, es decir, las posibilidades de comunicación social a través de Internet. No pretendo decir que las redes sociales hayan provocado las revoluciones por encima de la impresentable situación de esos países. Negar que sirven como un foco donde generar conciencia social, realizar denuncias y organizar activismo parece bastante difícil aunque, por supuesto, lo de comer sigue siendo una necesidad que cabrea bastante cuando hace falta.

Hay más motivos para creer en esta influencia. El efecto viral de la revolución se agita al baile de 140 caracteres en casi una decena de países y la presencia de Wikileaks unos meses antes (sigue activa, aunque no lo parezca) no hizo otra cosa que caldear los ánimos. A esto, añadir lo útil que está resultando para generar presión internacional; tan sólo hace falta fijarse en las fuentes que utilizan la mayoría de los "grandes medios".

En definitiva, que los talibanes de lo digital que ven en las filtraciones "violaciones en la seguridad", en Internet "violaciones de los derechos de autor" y en las redes sociales "violación de la privacidad", pueden seguir viendo pasar la historia desde la tele. Los que no lo son, todavía están a tiempo de unirse a ella.

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