El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se ha dirigido esta tarde a la opinión pública internacional desde un balcón de la embajada que el Reino Unido ha amenazado con asaltar. Assange ha explicado que la Policía británica ya intentó acceder a la embajada a través de la escalera de incendios.
Si Reino Unido no ha incumplido los términos de la Convención de Viena es porque el mundo estaba mirando y el mundo estaba mirando porque vosotros estabáis mirando
Assange se ha dirigido al presidente Obama para pedirle que ponga fin "a la caza de brujas contra WikiLeaks", y se ha preguntado en alto: "¿Regresará EE.UU. a los valores sobre los que fue fundado, o nos arrastrará por el precipicio a un mundo peligroso y opresor en el que los periodistas callan por miedo y los ciudadanos susurran en la oscuridad?".
"La libertad de expresión está amenazada", ha continuado Assange que ha resaltado que "queremos reafirmar los valores revolucionarios sobre los que se fundaron los EE.UU". "Hemos de volver a la libertad... Por lo que pido a Obama que haga lo correcto".
Assange ha reclamado al mundo "unidad en la respuesta ante la represión" y ha recordado con especial emoción a su familia, a sus fieles compañeros de WikiLeaks y al soldado Bradley Manning: "debe ser liberado, el miércoles cumplió 815 días en prisión, sin juicio. Es un ejemplo para todos nosotros, un héroe". También ha tenido un recuerdo para Nabeel Rajab, director del Centro de Derechos Humanos de Bahréin (condenado a tres años de cárcel) y para las Pussy Riot (condenadas a dos años de cárcel).
Antes que Assange ha sido Baltasar Garzón quien ha comparecido ante los periodistas desde el exterior de la embajada. Garzón ha explicado que su cliente está dispuesto a comparecer ante la justicia sueca, pero con las "garantías" de que no se le vaya a extraditar a un tercer país.
En los mismos términos que Garzón se expresa el número dos de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, al afirmar que si Suecia se comprometiera a no extraditar a Assange: "habría una buena base para negociar". "Puedo asegurarle que él (Assange) ha querido responder a las preguntas del fiscal sueco desde hace mucho tiempo, desde hace casi dos años", explica Hrafnsson.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha insistido estos días en que la decisión de conceder asilo a Assange obedeció a que Suecia nunca ha querido garantizar que no sería extraditado a un tercer país. La diplomacia australiana tenía pocas dudas de que el viaje a Suecia sería una mera escala de un viaje más largo hasta EE.UU.
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